Indicaciones: afecciones intestinales, (hemorragias, diarreas, infecciones, disentería, etc) úlcera, anemia, insuficiencia hepática, trastornos de la visión, intoxicaciones, afecciones óseas y pulmonares, problemas de la piel (impetigo, arrugas).
Fluidifica la bilis, y está indicada contra la insuficiencia hepática y otras afecciones del hígado. Contribuye a renovar la sangre y aumentar su contenido en glóbulos rojos, siendo muy eficaz contra la anemia.
El poder cicatrizante de la zanahoria no sólo se presta a un uso interno ( úlcera, hemorragia intestinal) sino también externo; la pulpa de zanahoria cruda, aplicada a una herida, llaga o quemadura, favorece su curación y evita que queden señales. La pulpa se usa también como mascarilla facial, o su jugo como tónico; fortalece la piel y evita la formación de arrugas.
Es sin duda uno de los alimentos más sanos y completos, la lista de sus cualidades dietéticas y curativas es interminable. Muy rica en vitamina.. A, se usa para fortalecer los ojos y mejorar la visión; también contiene vitamina. B y C, así como sodio, calcio, magnesio, potasio, arsénico, fósforo, hierro y otros minerales.
Por sus notables cualidades cicatrizantes, es sumamente eficaz contra las hemorragias intestinales y las úlceras de estómago y duodeno.
Es bien sabido que la zanahoria aumenta el número de glóbulos rojos y el índice de hemoglobina, que renueva las células de la epidermis y que ejerce una acción estimulante sobre las funciones del hígado, de donde su fama como embellecedora de la piel y defensora de la salud.
Constituyentes principales
La zanahoria es muy rica en vitaminas A (vitamina del crecimiento), B y C, y en provitamina A (caroteno). Contiene, así mismo, de un 3 a un 7% de azúcares directamente asimilables (levulosa y dextrosa), abundantes sales minerales y oligoelementos, hierro (hasta un 7%), fósforo, calcio, sodio, potasio, magnesio, y una esencia que es la cartona.
Modo de empleo
Se conservarán intactas las numerosas virtudes de la zanahoria si nos abstenemos de pelarla; basta con rasparla o, todavía mejor, cepillarla bajo un chorro de agua fría antes de su utilización. Es una “gran amiga de los intestinos”, y puede ser de gran ayuda en muchos casos.
Uso interno. Sus indicaciones son múltiples, aparte de ser uno de nuestros alimentos más valiosos. Se la utilizará para combatir las afecciones siguientes:
— Bronquitis, tos: el zumo de zanahorias crudas, consumido en ayunas, es un expectorante excelente, un vaso es eficaz, pero cabe aumentar la dosis hasta quinientos gramos diarios. Para los niños de corta edad, hay que rebajar el zumo con agua.
— Estreñimiento: las zanahorias crudas son ligeramente laxantes.
— Diarreas infantiles: prepárese una sopa con medio kilo de zanahorias cuidadosamente raspadas y cortadas en pedazos. Hiérvanse en un litro de agua hasta que
estén bien cocidas y pásense por el prensa-legumbres. Añádase agua hervida hasta obtener un litro de sopa, y sálese con una cucharadita de sal marina. Esta sopa debe conservarse en lugar fresco y ha de consumirse en veinticuatro horas; continúese durante dos o tres días. La parte muy líquida de la sopa puede darse con biberón y el resto con cuchara. Vuélvase progresivamente a la dieta láctea, en cinco o seis días, disminuyendo la cantidad de zanahorias de quinientos a cien gramos por un litro de agua.
— Inapetencia, fatiga, retención de agua, lactancia difícil: prepárense infusiones de semillas de zanahorias en la dosis de una cucharadita por taza de agua hirviendo.
— Intestinos delicados de los bebés: córtese la leche con una sopa de zanahorias (véase explicación anterior) preparada con doscientos gramos por litro, o administrese zumo de zanahorias crudas, rebajado como se hace con la leche, durante dos o tres días.
Observación: A quien padezca una insuficiencia hepática o biliar, la absorción de zanahorias, en todas sus formas, le servirá de gran ayuda.
— Enfermedades infecciosas: las zanahorias refuerzan las inmunidades naturales del organismo y son empleadas en la prevención-de estas enfermedades.
— Parásitos intestinales: zanahorias crudas y raspadas.
Uso externo. La zanahoria se emplea para:
— Abscesos dentales, aftas: háganse gargarismos con una decocción de hojas secas de zanahoria.
— Sabañones, grietas: baños o lavados con una decocción de hojas secas.
— Forúnculos, llagas, úlceras de las piernas, quemaduras y herpes: apliqúense cataplasmas de hojas frescas trinchadas, o bien zanahorias crudas ralladas.
— Arrugas: las lociones de zumo de zanahorias confieren flexibilidad a la epidermis del rostro y del cuello, y combaten la formación de arrugas.
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